Experimentar dolor durante nuestros entrenamientos puede resultar desalentador y preocupante. En estos casos es importante ponerte en manos de un porfesional sanitario que valore tu dolor y te guíe en el proceso. En la mayoría de ocasiones, modificar estas 5 variables del entrenamiento te ayudará a manejar el dolor de manera segura y efectiva:
1. Intensidad
Cuando hay dolor, reducir la intensidad del entrenamiento puede mejorar la situación. Esto implica disminuir la carga o el peso utilizado en los ejercicios. Al reducir la carga, se reduce el estrés en los tejidos irritados, permitiendo que el cuerpo se recupere y se adapte sin empeorar la situación.
2. Volumen
El volumen es el número total de repeticiones y series realizadas en un entrenamiento. Reducir la cantidad de trabajo realizado en un ejercicio o sesión puede ayudar a controlar el dolor, disminuyendo la irritación de los tejidos afectados. Es importante encontrar un equilibrio entre suficiente estimulación y evitar el exceso de carga en el área afectada.
3. Tempo
El tempo es la velocidad de ejecución de cada repetición. Al realizar los ejercicios de manera más lenta y controlada, se puede disminuir la tensión y el estrés en ciertas estructuras. Esto proporciona un mayor control del movimiento y una mayor sensación de seguridad, lo que suele derivar en una disminución del dolor.
4. Frecuencia Semanal
La frecuencia semanal es la cantidad de veces que generamos un determinado estímulo a la semana. Al experimentar dolor, podemos disminuir la frecuencia semanal para dar más tiempo de recuperación y adaptación al tejido y, a la vez, permitir la desensibilización del sistema nervioso.
5. Selección de ejercicios y rango de movimiento
La selección de ejercicios y la amplitud con la que se realiza un ejercicio juega un papel crucial cuando hay dolor. Es importante tener en cuenta la biomecánica y los brazos de momento articulares que se producen durante los ejercicios. De este modo podemos realizar adaptaciones que permitan trabajar de manera segura las áreas deseadas. Con el tiempo, a medida que el dolor disminuye y la recuperación progresa, se puede ir añadiendo gradualmente rango de movimiento y algunos ejercicios más exigentes.
Conclusión: Cuando el dolor aparece durante el entrenamiento, es esencial modificar ciertas variables para manejarlo de manera adecuada. Ajustar la intensidad, el volumen, el tempo, la frecuencia semanal, la selección de ejercicios y el rango de movimiento puede ayudar a aliviar el dolor y permitir una recuperación segura.
Recuerda siempre escuchar a tu cuerpo y buscar la guía de fisioterapeutas o entrenadores para obtener una programación personalizada y segura. El manejo adecuado del dolor te permitirá seguir disfrutando de la actividad física mientras cuidas de tu bienestar. Además, no olvides que cada persona es única y las modificaciones necesarias pueden variar según tus condiciones y objetivos. No te desanimes si necesitas hacer ajustes temporales en tus entrenamientos debido al dolor. Lo importante es ser constante y paciente en el proceso de recuperación. A medida que avances y te sientas más cómodo, podrás retomar progresivamente tu entrenamiento normal.